Cerré el casquete y me decidí a enterrarla, decidí olvidar, todo así lo que había hecho, las sensaciones que me llenaban y me atormentaban, me enorgullecían hasta cierto grado, quería gritar y llorar. No me bastaría más que enterrarla, quería dejarlo todo atrás.
De camino al lugar no me peso, mas si me marco; las imágenes jamás las olvidare, quería pasar el momento, no me torturarían los hechos pero si lo que haría al final, la enterraría fríamente, nunca la vería mas.
De camino, el costal, tras muchos viajes marcaba fielmente su silueta, marcaba tan claramente su expresión. Odiaba esa nariz, esas facciones que me calaban tan dentro, solo me restaba enterrar en mi crimen esa cabeza.
No me preocupaba ser descubierto ni ser visto, solo quería librarme de ella ahora para así no volver a verla jamás.
Recordaría las razones, pero reviviría más lo que me hizo odiarla; recordaría que me lastimo y que me hirió, también lo que me marco. Racionalizaría mis acciones y las condenaría, mas nunca las entendería completamente.
Cuando apaleaba la tierra se levantaron mis pesares, cada carga que depositaba era una carga menos sobre mí. Termine tan rápido como empecé, tanto que ni cuenta me di. “mi crimen sanara mis pesares”. Me sentía fuera de mi ser, flotando, a lo mejor, tan sereno al fin. Suspire.
Lo único que me restaba en esa madrugada, era ir a mi casa a esperar el amanecer; después me entregaría, explicaría mi crimen. Les relataría paso a paso la razón de mi tremendo enloquecer.
De camino al lugar no me peso, mas si me marco; las imágenes jamás las olvidare, quería pasar el momento, no me torturarían los hechos pero si lo que haría al final, la enterraría fríamente, nunca la vería mas.
De camino, el costal, tras muchos viajes marcaba fielmente su silueta, marcaba tan claramente su expresión. Odiaba esa nariz, esas facciones que me calaban tan dentro, solo me restaba enterrar en mi crimen esa cabeza.
No me preocupaba ser descubierto ni ser visto, solo quería librarme de ella ahora para así no volver a verla jamás.
Recordaría las razones, pero reviviría más lo que me hizo odiarla; recordaría que me lastimo y que me hirió, también lo que me marco. Racionalizaría mis acciones y las condenaría, mas nunca las entendería completamente.
Cuando apaleaba la tierra se levantaron mis pesares, cada carga que depositaba era una carga menos sobre mí. Termine tan rápido como empecé, tanto que ni cuenta me di. “mi crimen sanara mis pesares”. Me sentía fuera de mi ser, flotando, a lo mejor, tan sereno al fin. Suspire.
Lo único que me restaba en esa madrugada, era ir a mi casa a esperar el amanecer; después me entregaría, explicaría mi crimen. Les relataría paso a paso la razón de mi tremendo enloquecer.
Esteban Falfán Nino
1 comentario:
Alo!Pasaba por aqui y nunca me imagine descubrir una maravillosa literatura!.Felicidades escuincle. De aqui al exito! y sabes que eres eso y mucho más,una extraordinaria persona,profesional, talentosa,perfeccionista,amigo y más. sigue escribiendo... con cariño K.
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